viernes, 27 de abril de 2012

El mundo es un pañuelo

Publicado por Fooly_Cooly - 2 comentarios

MARIO HERRERO VALEA.- Caminas por una calle de una ciudad remota y, de pronto, te parece ver una cara conocida. Te detienes, paras a esa persona y resulta ser un viejo conocido de hace años. O puede que en tu nuevo trabajo, durante una charla acompañada de un buen café, descubras que algunos de los que habláis tenéis amigos comunes. ¿Quién no ha estado alguna vez en una de estas situaciones y ha dicho eso de: “Es que el mundo es un pañuelo”? Quizás algunos penséis que la vida está llena de casualidades y este tipo de encuentros sólo son una más, pero no, detrás de todo esto, hay ciencia, oculta en lo que se ha venido a llamar la “Teoría de los seis grados de separación”.

Tras la primera guerra mundial, las sociedades europeas y americanas comenzaron a sufrir fuertes reconversiones fruto de una industrialización que, con la maquinaria de guerra, se había convertido en el motor principal de la civilización, provocando que la antes dispersa población mundial comenzase a concentrarse cada vez más en grandes urbes que conformarían las ciudades modernas. Este hecho, unido a la rápida modernización de los medios de transporte y comunicación; fue la base del estudio que algunos sociólogos europeos comenzaron a llevar a cabo, centrándose en la expansión de las redes de amistades que todos construimos durante nuestra vida. Pero fue el escritor húngaro Frigyes Karinthy el que, en un volumen titulado “´Todo es diferente“, sentaría las bases de la teoría de los seis grados de separación con su hipótesis del mundo que se encoge.

El argumento de Karinthy es muy sencillo. Puesto que conforme la sociedad se moderniza nos es menos difícil tener en nuestro entorno a más cantidad de gente o comunicarnos con zonas remotas,  nuestras redes de amistades son cada vez más grandes o, efectivamente, el mundo que necesitan cubrir es cada vez más pequeño. Partiendo de esta hipótesis, los personajes de la novela de Karinthy llegan incluso a plantearse el siguiente juego (traducido algo libremente de la novela):


“Un juego fascinante surgió de esta conversación. Uno de nosotros sugirió el siguiente experimento para demostrar que la población de la Tierra está ahora más cercana de lo que nunca ha estado. Debíamos seleccionar cualquier persona de los 1500 millones de habitantes de la Tierra, cualquiera, en cualquier lugar. Nuestro amigo nos retó a que, usando no más de cinco individuos, siendo uno de ellos un conocido nuestro, sería capaz de conectarlo al individuo elegido utilizando nada más que las redes de conocidos de cada persona.”

Es en este párrafo donde se sienta la base de la teoría de los seis grados de separación (cinco en el caso de la apuesta de la novela), que establece que cualesquiera dos personas sobre la Tierra están conectadas a través de seis conocidos. Puede parecer algo impresionante, o incluso falto de sentido, pero nos sobran ejemplos, algunos de ellos relativamente famosos entre los matemáticos (que ya sabéis que son unos frikis con todo lo que implique números y relaciones :P).

Por ejemplo, hace no mucho, Mati nos hablaba del número de Erdös, una variable que establece lo lejos que está una persona de haber publicado con el matemático húngaro (ya fallecido) Paul Erdös, funcionando el sistema de la siguiente manera: Erdös tiene número igual 1, alguien que haya publicado con él igual 2, alguien que haya publicado con este último igual a 3, etc…

Lo sorprendente es que aquí entra rápido la teoría de los seis grados, ¡pues casi todos los matemáticos vivos tienen número de Erdös menor que 6! Y no se queda sólo en matemáticos, el que escribe es físico y tiene número de Erdös igual a 5, sólo uno más que Stephen Hawking. El mundo de las publicaciones es ciertamente un pañuelo, y si no me creéis siempre podéis comprobarlo vosotros mismos. http://www.ams.org/mathscinet/freeTools.html

Pero la cosa no termina aquí, si no que se puede rizar aún más el rizo hablando de algo que me apasiona y de lo que hace poco que hablaron en Internet : las genealogías científicas. Para aquellos que nos dedicamos a la Ciencia, nuestros compañeros de trabajo acaban siendo como nuestra familia, pues compartimos la mayor parte de nuestro tiempo con ellos y son aquellos que discuten cada día con nosotros. Y en este sentido nuestros directores de tesis toman el papel casi de padres. ¿Y qué ocurre si comenzamos a dibujar un árbol genealógico con nuestros directores? Que enseguida vemos cómo se cierran las ramas sobre científicos famosos a los que no nos esperábamos encontrar. En mi caso,  bastan unos cuantos pasos para darse de bruces con personajes de la talla de Goursat o Lagrange…

Mario Herrero -> Enrique Álvarez -> Lluis Bel -> André Lichnerowicz ->Georges Darmois -> Édouard Goursat -> Gaston Darboux -> Michel Chasles -> Simeon Denis Poisson -> Joseph Louis Lagrange

Como veis, la teoría de los seis grados de separación entra en juego de nuevo y no necesito más que tres pasitos para darme de cara con la escuela francesa de geómetras más importante del siglo pasado y anteriores. Podéis probar vosotros mismos a buscar a vuestros padres científicos aquí.

Y de esta manera podríamos seguir dando miles de ejemplos, como la conexión entre actores de cine, relacionando a todos ellos a través de menos de cinco películas y que se personifica en el número de Kevin Bacon. O Podríamos hablar de las relaciones entre nuestros amigos de Facebook y como sorprendentemente siempre acaba apareciendo conexiones entre ellos. O cómo Twitter ha permitido comunicarse instantáneamente con gente de todo el mundo de una forma coloquial, extendiendo enormemente nuestras redes de amistad... 

La teoría de los seis grados de separación es ciertamente una idea que, si bien a primera vista parece extraña, cuanto más profundizamos en ella más vemos los cierta que es. Y es que, si nos paramos a pensar, nuestra civilización y la Ciencia que la empuja, está hecha por amigos, visionarios que han sido capaces de sobreponerse al natural devenir de la sociedad y destacar. La Ciencia es ciertamente amistosa, todos nos conocemos y todos nos relacionamos, y si quieres tener una manera más de relacionarte, el STAS te STA esperando.

2 comentarios:

Victor Tagua dijo...

A mí me encanta lo de la genealogía científica porque en el trabajo lo hacemos mucho y a mí me sale que estoy a 2 y 3 pasos de los premios Nobel Sydney Brenner y Max Delbruck!!

Muy buen artículo!!

Antonio Pérez Verde dijo...

Muy buen post! Creo que todos tenemos una historia que contar al respecto en lo que grados de separación se refiere.