martes, 20 de marzo de 2012

La universidad también tiene que salir a la calle

Publicado por Francis - 0 comentarios

FRANCIS VILLATORO.- La mayoría de los que mandan en la ciencia española piensan que la ciencia de calle es convertir a la ciencia en una "mujer de la calle," algo así como prostituir los principios renacentistas del saber universal. Estas mentes pensantes olvidan que la ciencia moderna nació con la universidad de Wilhelm von Humboldt, la universidad por y para la sociedad, cuyo germen fue la Universidad de Berlín, fundada en 1810, y cuyo mejor estandarte fue su hermano, Alexander von Humboldt, gran divulgador además de aventurero. Alexander creó la divulgación científica moderna con su gran obra "Cosmos: ensayo de una descripción física del mundo" ("Kosmos: Envurfeiner physischen Wellbeschreibung"); los dos primeros tomos aparecieron en 1845 y 1847, aunque fueron escritos entre los años 1843 y 1844, como resultado de un curso de sesenta lecciones que impartió en Berlín ante dos auditorios diferentes. El concepto de universidad de Von Humboldt, que ahora llamamos universidad de docencia, investigación y transferencia, tenía como tercer pilar la transferencia de resultados de investigación y la divulgación científica hacia la población general. En la visión moderna de la universidad y de la investigación científica la divulgación es un deber que han de cumplir con excelencia todo los universitarios e investigadores. Pero en España la mayoría lo olvida y se ampara en el concepto de universidad mediaval europea, la que a finales de la edad media sustituyó a las escuelas palatinas, monásticas y episcopales.

La universidad mediaval estaba vertebrada por la clase magistral, la lectura por parte del profesor de un texto clásico (más o menos adaptado para su comprensión didáctica), mientras los alumnos que lo consideraban oportuno tomaban apuntes. El profesor a veces realizaba comentarios o aclaraciones al texto y los alumnos estudiaban gracias a copias manuscritas que se vendían como hoy lo hacen las fotocopias de los libros. Los libros, que eran escasos y muy caros, eran custodiados en las bibliotecas. La vida universitaria no era barata, pero existían becas que pagaban los estudios a los que no eran ricos. La universidad era una fábrica de profesionales y las carreras más demandadas (derecho, medicina y teología) eran las que ofrecían una mejor inserción en el mercado de trabajo.

La universidad de Von Humboldt consideraba la ciencia como un conjunto de saberes abierto, en pleno desarrollo, en el que nada es permanente, nada está resuelto, y en el que hay que estar investigando de forma constante. Pero el papel fundamental de la universidad no es el avance del conocimiento en sí, la investigación, sino su difusión y extensión. Cuando se afirma que la función primaria de la universidad es la docencia, de ahí que no haya universidad sin estudiantes, se olvida que el "trabajo de investigación del profesor requiere de la presencia y de la colaboración de los estudiantes, ya que sin ellos no sería igualmente satisfactorio" (en palabras del propio Von Humboldt). La enseñanza y la  educación profesional son partes íntegras de la universidad, pero también lo son, en igual medida, "la transmisión de la cultura y la formación de un hombre medio culto" (como decía Ortega y Gasset).

Yo escribo esto desde mi despacho, ante un nuevo ordenador comprado hace pocos meses, sobre una mesa repleta de papeles, con estanterías a mi espalda colmadas de libros, dentro de cuatro paredes que han financiado todos los españoles con sus impuestos. Mi labor docente es la parte más visible de mi trabajo, tanto encima de la tarima como dentro del despacho en tutorías, pero no es la labor a la que dedico más horas. Casi todo el tiempo estoy centrado en asuntos relacionados con la investigación, gestionando proyectos, guiando a mis doctorandos, escribiendo artículos y de vez en cuando también investigando. Nadie ve mi trabajo en investigación, que está dirigido a un selecto grupo de expertos que disfrutan con mis aportaciones en investigación fundamental no orientada, como yo disfruto con las suyas; somos pocos y formamos un círculo cerrado en el que unos escriben artículos para que los lean los otros y viceversa. Decía uno de los grandes genios de la informática, el estadounidense Donald E. Knuth, que "las mejores teorías están inspiradas en los problemas que emergen en la práctica y la mejor práctica se alimenta de resultados teóricos; un maravilloso bucle positivo de realimentación en el que la teoría se basa en la práctica y la práctica es mejorada por la teoría." Mi investigación básica no tiene como foco resolver ningún problema práctico concreto (aunque nació de un problema práctico aún no resuelto); quizás algún día sirva para algo (así lo espero yo), pero quizás todo se quede en un trabajo académico puro de poco interés en el futuro.

La ciencia no puede estar encerrada entre las cuatro paredes de un despacho, no puede estar encarcelada en cierto número de artículos aparecidos en revistas internacionales, artículos escritos con un lenguaje ilegible que solo pueden comprender unas pocas personas en todo el mundo. La ciencia tiene que salir a la calle. La pasión, la vocación, la fascinación que provoca la ciencia pueden ser transmitidas al público general, incluso si no entiende los sutiles detalles técnicos que la decoran.  Los científicos no debemos olvidar el valor social que debe tener toda actividad investigadora, no debemos olvidar que nuestra labor ha de proyectarse fuera de las paredes de nuestros laboratorios, no debemos olvidar que de vez en cuando tenemos que salir a la calle para gritar a los cuatro vientos que estamos enamorados de la ciencia. La pasión apasiona, el amor enamora, todo el mundo disfruta de la ciencia cuando se la explica alguien que está disfrutando al hacerlo.

Como decía yo en mi blog en ¿StAS o no StAS? Ciencia de calle en Alicante, porque tú lo vales: "Todo el mundo sabe que si la gente no va a la cultura, la cultura tiene que acercarse a la gente. El teatro de calle es la respuesta de los dramaturgos a los teatros que no se llenan. La ciencia de calle debe ser la respuesta a la gente que cree que la ciencia no interesa. Porque la ciencia interesa. Porque la divulgación es fascinante. Porque “al final, la cosa más simple resulta ser la más efectiva.” El Street Alicante Science (StAS) es un evento en el que la Ciencia “va a salir a la calle” representada de diferentes formas y actividades en un escenario global que se desarrollará en Alicante en mayo de 2012."

¿Te lo vas a perder? Regálate una visita a Alicante durante el StAS porque tú sí que lo vales. ¿StAS o no StAS?

* Si quieres conocer más a Francis Villatoro puedes visitar su blog: Francis (th)E mule Science's News

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